A través de este fondo, la Doctora en Ciencias de la Complejidad Social explorará cómo el altruismo competitivo se vincula con las estrategias reproductivas. El proyecto, asociado al Laboratorio de Comportamiento Animal y Humano del CICS, destacó por su enfoque innovador al analizar estos comportamientos en grupos mixtos y en un contexto natural.
Si bien el altruismo es por definición un acto desinteresado, en el estudio del comportamiento humano también podría observarse como un mecanismo para obtener un beneficio como, por ejemplo, mejorar su éxito reproductivo. “Si te muestras como una persona que tiene altos recursos y estás dispuesto a compartirlos, probablemente te harás más atractivo como una pareja romántica”, explica Oriana Figueroa, quien investigará este fenómeno en el contexto de su postdoctorado.
La Doctora en Ciencias de la Complejidad Social, egresada en marzo del año pasado, consolidará su trayectoria y línea de investigación a través del Fondecyt Postdoctoral 2022, adjudicado con su proyecto “Altruismo competitivo como señal de estatus y el rol de las estrategias reproductivas en su expresión en hombres y mujeres”.
Una de las características de este altruismo competitivo es que el sujeto busca mostrarse frente a un grupo, por ejemplo, el acto de caridad tiene que ser visible. “Teóricamente, los hombres tienden a competir más por mostrarse más altruistas, porque repercute en su éxito reproductivo. Aunque hay pocas investigaciones de campo, un estudio hecho en Canadá observó que, en parejas compuestas por ambos sexos, las donaciones a personas en situación de calle por parte del hombre eran mayores cuando estaba su pareja presente que cuando iban solos o grupos de sólo mujeres. En resumen, el altruismo es como una pluma más del pavo real”, señala la investigadora.
Una de las innovaciones más interesantes de este proyecto es que trasciende el modelo teórico tradicional propuesta para los hombres al intentar probar que el altruismo competitivo puede ser un comportamiento que se observe tanto en hombres como en mujeres, por lo que trabajarán con grupos mixtos. La razón de esto es que, con la evidencia actual, no se puede simplemente descartar la presencia de este fenómeno en mujeres no implementando un diseño que las incluya. Esto, señala Figueroa, implica una innovación en el diseño metodológico, ya que anteriormente se estudió en grupos exclusivamente de hombres o mujeres.
Para medir estos comportamientos utilizarán un juego conocido como el Juego de las Duplas. En dicho juego se puede medir la generosidad y posición social de las personas dentro de un grupo. Luego, compararán estos datos con la sociosexualidad de los individuos. Así, esperan observar una relación positiva entre la predisposición a tener una sociosexualidad no restrictiva y el altruismo competitivo.
Una segunda innovación radicará en la toma de datos en un contexto natural, el que se llevará a cabo con estudiantes de la Universidad del Desarrollo. “Ahí ya hay relaciones previas, por lo tanto, el capital social ya existe, hay jerarquías, estatus y estructuras grupales que podemos ir a medir. Lo podremos comparar con los resultados obtenidos en el laboratorio, entre personas que no se conocen, para observar cómo se generan esas relaciones”, explica la investigadora, quien trabajará con Pablo Polo, investigador del CICS que patrocina el proyecto, y con el Laboratorio de Comportamiento Animal y Humano (LABCAH) que pertenece al mismo centro.
Proyección académica
La adjudicación del Postdoctoral FONDECYT permitirá a Oriana profundizar en esta arista del comportamiento humano por 3 años, lo que se traducirá en diversas publicaciones académicas relacionadas a los avances.
Figueroa destaca que los resultados de esta investigación potencialmente tienen aplicación contextos educativos, por ejemplo, para prevenir situaciones de bullying, ya que permite obtener una visualización clara de cómo están las relaciones dentro de un curso, y así prevenir conflictos o intervenir, de ser necesario. Lo mismo en contextos organizacionales para armar grupos de trabajo.
“Con esto se mueve un poco más la frontera de conocimiento en el campo, en términos personales es una oportunidad de consolidarme como investigadora y, además, es un estudio novedoso en Sudamérica, ya que la data que tenemos en estudios similares proviene de población europea o estadounidense y producir conocimiento a nivel local puede ser un aporte importante”, concluye la investigadora.