La neurociencia social es un área de investigación nueva y emocionante que examina los mecanismos cerebrales subyacentes al comportamiento social y emocional mediante métodos de las ciencias sociales y la neurobiología. Hasta hace poco, la neurociencia se había centrado casi exclusivamente en la investigación del funcionamiento humano en términos de individuos. Sin embargo, el sentido común indica que el comportamiento humano no ocurre dentro del vacío. El comportamiento humano ocurre dentro del contexto de sistemas sociales y culturales complejos, que afectan en gran medida las acciones o reacciones de personas en todas partes. Por lo tanto, el enfoque de la neurociencia social integra teorías y hallazgos de la psicología social y cognitiva, la economía experimental, la neuropsicología y la neurociencia. A través de la integración de las teorías y métodos de estas disciplinas, la neurociencia social busca comprender los factores socioemocionales y su influencia en términos de interacciones entre los componentes sociales, cognitivos y neuronales del funcionamiento humano. Además, el conocimiento que surge de esta nueva disciplina tiene implicaciones y aplicaciones cruciales no solo para las ciencias biológicas, sino también para la medicina, la economía, la sociología, el derecho y las ciencias políticas.
Usando paradigmas de intercambio económico, varios estudios han encontrado evidencias de conductas cooperativas que se desvían del principio económico de interés propio tanto en interacciones diádicas como grupales. En este contexto, centramos nuestra investigación en la neurobiología de la cooperación, porque el comportamiento cooperativo constituye una base del desarrollo de nuestras sociedades modernas.
Actualmente, estamos llevando a cabo dos líneas de investigación. El primero corresponde al estudio de la neuroeconomía de la confiabilidad durante la infancia, la adolescencia y la adultez temprana. El comportamiento dentro de las relaciones de confianza, específicamente la confiabilidad, determina en gran medida la eficiencia de los grupos sociales. Con el fin de contribuir a nuestra comprensión de cómo se construyen estas capacidades, estamos estudiando comparativamente la respuesta cognitiva y conductual de los agentes provenientes de diferentes grupos de edad cuando se deposita confianza en ellos. El comportamiento en un conjunto de comportamiento de dilema social varía sustancialmente entre los diferentes grupos de edad. En el contexto de las relaciones de confianza, la evidencia experimental sobre la respuesta del administrador fiduciario no solo muestra la variación en el nivel conductual entre diferentes grupos de edad, sino que también sugiere diferencias en los motivos subyacentes. Los recientes avances en las neurociencias sociales han demostrado que estas diferencias tienen una base neuroanatómica. Por lo tanto, tres sistemas neurobiológicos principales han estado involucrados en la implementación del comportamiento social: la recompensa, el control cognitivo y los sistemas de cognición social. Nuestra hipótesis es que el grado de desarrollo de cada sistema modula el peso asociado a dicho sistema en el proceso de toma de decisiones sociales.
El objetivo de este proyecto es triple. En primer lugar, nos gustaría contribuir al inventario de evidencia empírica sobre las diferencias en el comportamiento prosocial mediante el estudio de la respuesta del fiduciario para tres muestras diferentes: niños, adolescentes y adultos jóvenes. En segundo lugar, quisiéramos identificar qué componentes de las preferencias sociales del agente -con especial atención a la reciprocidad y la aversión a la inequidad- motivan su respuesta dentro de cada grupo etario y cómo cambia el peso asociado a cada componente entre ellos. En tercer lugar, nos gustaría entender el papel que el desarrollo diferencial de los sistemas neurobiológicos involucrados en el comportamiento social podría desempeñar para explicar estas diferencias. Para cumplir con esto, estamos utilizando una tarea basada en la teoría de juegos. Durante la participación en el experimento conductual, la actividad cerebral del sujeto experimental se mide utilizando imágenes de resonancia magnética funcional (fMRI), que detecta el flujo sanguíneo asociado de las áreas del cerebro activadas.
Nuestra segunda línea de investigación está relacionada con la diferenciación neurofisiológica entre la cooperación diádica y grupal tanto en personas sanas como en pacientes psiquiátricos. A pesar de que la capacidad de establecer relaciones públicas puede ser fundamental para lograr nuestro desarrollo social actual, pocos estudios se han centrado en la neurobiología de la dimensión pública de las habilidades sociales. Además, a menudo se ha supuesto que los mismos procesos cognitivos y neurobiológicos están implicados en las interacciones diádicas y públicas. Para diferenciar las dinámicas conductuales y neurobiológicas que subyacen a estas interacciones sociales, realizamos grabaciones electroencefalográficas (EEG) en personas sanas mientras participan en interacciones sociales diádicas y públicas (utilizando paradigmas de la teoría de juegos).
En particular, las habilidades sociales que permiten a las personas realizar conductas cooperativas se ven alteradas en varias enfermedades psiquiátricas, lo que afecta profundamente la calidad de vida de estas personas. Aunque las alteraciones sociales de la población psiquiátrica tienen elementos comunes, su presentación particular y neurobiología dependen del sistema cerebral particular involucrado en la patogénesis de cada enfermedad. Por lo tanto, estamos buscando procesos neuronales específicos relacionados con las discapacidades sociales en diversas enfermedades psiquiátricas, que podrían ser posibles objetivos de las intervenciones médicas y psicológicas.
Papers:
Your perspective and my benefit: multiple lesion models of self-other integration strategies during social bargaining
Paradoxical Expectation: Oscillatory Brain Activity Reveals Social Interaction Impairment in Schizophrenia
