Recientemente, la revista Applied Economics publicó el artículo Impact of the dedicated infrastructure on bus service quality: an empirical analysis, (Impacto de la Infraestructura dedicada para buses y calidad del servicio: un análisis empírico) cuyo autor es el Dr. Rodrigo Troncoso, PhD en Economía, investigador colaborador del Centro de Investigación en Complejidad Social (CICS) y Profesor de Teoría Econométrica del Doctorado en Ciencias de la Complejidad Social (DCCS). 

La investigación desarrollada en conjunto con Felipe González, Vicente Valdivieso y Louis De Grange, se relaciona con dos líneas de investigación: el estudio de la calidad de servicio de un sistema de buses y sus métricas, y el estudio de los factores que inciden en los indicadores de calidad servicio. Se realizó un análisis empírico para cuantificar el impacto de diferentes variables de diseño sobre la calidad de servicio del sistema de transporte público de superficie en Santiago de Chile, en particular sobre tres indicadores: la velocidad promedio durante el recorrido, el coeficiente de variación del tiempo de viaje de los servicios, y el coeficiente de variación de los tiempos entre buses. 

Se utilizaron datos de los indicadores de operación calculados por el Directorio de Transporte Público Metropolitano (DPTM), a fin de estimar los modelos propuestos en este trabajo. Como variables explicativas, se usaron distintas variables de diseño y operación del sistema; se incluyeron también variables de control asociadas al número de paraderos, subidas de pasajeros y al nivel de congestión de distintos tramos a lo largo del recorrido.

Conclusiones de la investigación

La principal conclusión es que la infraestructura vial permite mejorar significativamente la velocidad promedio de los buses. En esta misma línea, se estimó que las autopistas aumentan notoriamente la velocidad promedio de los buses. Del mismo modo, se concluyó que tanto los corredores segregados de buses, como las vías exclusivas y las pistas sólo bus, reducen la variabilidad de los tiempos de viaje de los buses, y además reducen los intervalos de los tiempos entre buses. Esto se traduce en una mejor calidad de servicio para los usuarios, pues reduce la incertidumbre y los tiempos de espera y de viaje promedios al llegar a su destino. Finalmente, cerca del 75% de la variación de los tiempos entre buses al final del trayecto estaría explicada por la variación al inicio del trayecto. Esto es, la regularidad con que el operador despache sus buses desde el terminal determina la mayor parte de la variabilidad al final del trayecto. 

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