“El fútbol puede ser considerado como un modelo de guerra” es la rotunda aseveración del Dr. Francisco Zamorano Mendieta, especialista en Ciencias Médicas e investigador del Centro de Investigación en Complejidad Social (CICS) de la UDD, en su destacada participación en el programa de conversación “Jueves de Astorga” de Fox Sports Radio,
En la ocasión, el investigador abordó las principales conclusiones extraídas a partir de un estudio hecho al cerebro de los hinchas, y también hizo referencia a lo que sucede con los jugadores en la cancha. Mediante técnicas de neuroimagen, se presentaron estímulos de distinta valencia a hinchas de Colo Colo y Universidad de Chile, a quienes se les mostraron videos de goles entre ambos equipos y a otros neutros. La hipótesis que se buscaba comprobar es que habrían algunos patrones de activación que serían distintos.
Zamorano señaló que frente a lo acontecido en el campo de juego, son dos las hormonas que se activan: la testosterona, hormona asociada a la agresividad y el cortisol, relacionada al estrés; así, cuando un equipo de fútbol gana o pierde, en el hincha se activa una de estas dos hormonas, dependiendo del resultado.
En relación a las características cerebrales de los jugadores, el investigador agregó que “no todos tenemos las mismas capacidades para enfrentar situaciones estresantes, y esto tiene que ver con el desarrollo ontológico, aquél que se da desde la gestación hasta la muerte. Entonces, todas las experiencias que rodean, sobre todo a las primeras fases del crecimiento, van a moldear el carácter”, recalcó. Agregó que aquellas habilidades relacionadas al raciocinio durante el juego, “se entrenan y no de la misma forma para todos los jugadores”, teniendo como resultado acciones pasionales, o bien, más controladas.
El Dr. Zamorano asegura que “el fútbol puede ser considerado como un modelo de guerra”, una conclusión obtenida a partir de un estudio realizado en conjunto con Waldemar Méndez, ex futbolista profesional y actual analista y comentarista de fútbol en Fox Sport Radio. Ambos concluyen que si uno de los compañeros de juego con mayor jerarquía es derribado, el equipo se resiente pues “es un ataque directo a la moral”, enfatiza el investigador.
Tras ser consultado respecto a la utilidad de este estudio para el actual programa de Gobierno, “Estadio Seguro”, el investigador del CICS asegura que, cuando se generan estos grupos (de hinchas), “ocurre un fenómeno muy especial en el cerebro, en donde la parte que controla la conducta se desactiva, y es ahí en donde desaparece la individualidad y comienzas a actuar como actúan los demás”. Zamorano asegura que es aquél el momento idóneo para una posible intervención externa, “porque puedes evitar la violencia (en los estadios) trabajando con los líderes de los grupos, la figura de autoridad que guía a este grupo que parece inadaptado”.
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